sábado, 6 de octubre de 2007

El entibo.


En la otra orilla caminas de prestado,
los segundos que te dejan son una ventana,
abierta de posibles y sueños arrastrados,
¿sabes cuanto queda hasta tu manzana?

Mi corazón de espirales está entibado,
vence desesperado como un salto de agua,
ajusta las vueltas de la palanca,
yace sólo entre el cemento y las arañas

No es una prueba de demolición controlada,
es un suspiro sucumbido bajo la herrumbre,
cuanto más aprietas a la canción fácil,
más lejos queda mi paz o tu casa

Mira, lanza una señal por debajo de la verja,
la recogeré con las manos limpias, ya sabes,
estaré faltando a mis principios como antes,
cuando no había nada por lo que entregarse

¿Me vas a dejar que deje de explicarme?
No tengo nada guardado, todo se sale,
todo se escapa por donde vino,
el mismo día que nos presentaron ya es distinto

1 comentario:

SONIA FIDES dijo...

S... Un poema muy urbano, casi cíclico que dejar entrever mucho más de lo que su forma le permite.

Saludos