domingo, 8 de abril de 2012

Última salida por la tarde.



Hay una cualidad extraña en todo esto que nos está pasando.


Maldita sea, echo de menos el invierno. Pensaba que podía pasar sin volver a escuchar otra vez esos lamentos tan bien traídos pero esto ha sido demasiado. Parece como la primera vez. Una letra recreada que definía toda una comunidad y al mismo tiempo, describía una cita casual con cervezas, paseos por el parque y muchas confesiones… Reconfortante para mis adentros y un fabuloso estado de gracia para mis sentidos. No sé que la hacía tan especial, si tu sofá de novela gráfica o tus láminas de cartulina pero ya te digo, me gustaba un montón. Podría decir que te anduve buscando a tientas desde entonces pero no pensaba en otra cosa que hallar el interruptor que me devolviera a mi anterior y exitosa vida social. Y tú, parecías como en la canción, remontando e insuflando ilusiones renovadas a cada estrofa y luego, desplomándote sobre el colchón. Aún así, no te digo que no, sólo que echo de menos el invierno y no sé si voy a terminar por comprarme otro sombrero o apuntarme a una de estas clases y pasado mañana, igual ya no me tienes aquí. Creo que habla de eso, de lo bien que estaría que las cosas fueran de otra manera y de nuestra incapacidad para cambiarlas. Toma, apunta: voy a pasar toda la tarde contigo y después decides.

No hay comentarios: